Leon Festinger sostuvo que los seres humanos tenemos un impulso interno que nos motiva a conservar la congruencia entre nuestras acciones y creencias. Esto es lo que conocemos como disonancia cognitiva, de la que hay miles de ejemplos.
La teoría del psicólogo nació de los estudios que realizó con una secta que creía que el mundo se acabaría por una inundación. Partiendo de sus investigaciones, él refirió que existe una inclinación básica que nos alienta a evitar la falta de armonía en nuestro sistema cognitivo.
En este artículo, abordaremos el tema. Además, aprenderemos por qué actuamos de manera contradictoria y qué hacemos para reducir el malestar que esto nos genera.
De acuerdo con Leon Festinger, esta teoría es la inconsistencia entre cogniciones (conocimientos, opiniones o creencias), acciones, valores o actitudes. Debido a que es un estado incómodo a nivel psicológico, las personas intentan reducirlo a través de diversos medios.
Aunque molesta sentirla, la disonancia cognitiva no es negativa. Se trata de una alarma que nos activa para restaurar la consonancia. Gracias a ella, nos esforzamos por conservar la coherencia entre lo que hacemos, decimos y pensamos. Veamos algunas señales de dicho estado, según Cleveland Clinic:
Podemos sentirla cuando tomamos una decisión que no es fiel a nuestros valores. También, al recibir información nueva que se contrapone a lo que hacemos o creemos. En general, la vivimos ante cualquier tipo contradicción interna.
En los siguientes ejemplos de disonancia cognitiva veremos, en esencia, la falta de armonía entre cogniciones y acciones. La contradicción es la clave para que la teoría pueda darse. Tan solo resolviendo la incongruencia es posible reducir el malestar que esta genera.
Juan sabe que el tabaco puede ocasionarle problemas respiratorios muy graves. Él desea dejar su vicio porque conoce los riesgos de perpetuarlo, pero fuma todos los días. Esta situación lo angustia mucho, debido a que no logra ser coherente con lo que piensa.
En este caso, vemos que la respuesta de Juan (seguir fumando) no es consecuente con su conocimiento (los riesgos de fumar).
Para Martha, la honestidad y el éxito meritorio son valores fundamentales en su vida. Sin embargo, en un examen final de la universidad hizo trampa al ver sus apuntes.
Esto le ocasionó un fuerte malestar porque no fue coherente con sus ideales. No logró aliviar su malestar, a unque intentó justificar su acto diciéndose que, si no pasaba el examen, reprobaría y perdería su beca.
Camilo decide salir con su amigo Carlos, aun cuando no quería. A pesar de su indisposición, decide ir pues Carlos le insistió mucho. Como consecuencia, sucede que Camilo pasó toda la noche inconforme porque salió cuando él solo deseaba quedarse en la casa viendo una película. Este es uno de los ejemplos cotidianos más frecuentes de la disonancia cognitiva.
En sus clases de sexualidad, Pedro recomienda a sus alumnos usar condón para reducir el contagio de enfermedades de transmisión sexual. Pero él no lo usa cuando mantiene relaciones íntimas. A Pedro esta contradicción le genera un poco de vergüenza, dado que «predica pero no aplica».
Entre sus metas de año nuevo, Oriana se propuso tener un estilo de vida sano. Ya han transcurrido 4 meses y ella aún mantiene hábitos poco saludables. Oriana desea cambiar, pero no hace nada diferente: no se ejercita, ni duerme lo suficiente, tampoco tiene una dieta nutritiva… Sus acciones no están sintonía con sus propósitos.
Manuela gasta parte de su sueldo en cosas innecesarias, por más que le gustaría ahorrar ese dinero para realizar los proyectos que tiene a futuro. Sabe que necesita esa plata, pero no deja de comprar bienes y servicios inútiles. Esta situación la tiene desanimada y se siente culpable, ya que no es capaz de vivir de acuerdo con su plan.
Carmen está en contra de la contaminación ambiental. No obstante, no recicla en su casa. Si bien conoce la importancia de separar los residuos, no lo hace porque le da pereza. Esta falta de coherencia entre sus valores y sus actos le generan mucha incomodidad, sobre todo, cuando su hermano, en tono de burla, le hace ver sus acciones.
En el hogar de Cristina y Pablo se aplica estilo de crianza respetuoso donde no se usan los gritos ni los castigos severos. Un día, Pablo le revela a su pareja que se siente culpable, porque cuando está estresado y su hijo de 8 años no le obedece, le grita fuerte. En este ejemplo, la conducta no es consecuente con los valores familiares.
Últimamente, Julia se ha retrasado con la entrega de los proyectos para su trabajo. Para ella, la puntualidad y la responsabilidad son valores fundamentales. Por eso, se siente mal frente a estas conductas de procrastinación (ser impuntual e irresponsable) y su jefe le hizo algunos llamados de atención.
Lucía experimenta incongruencia cognitiva porque el partido político al que está afiliada publicó un comunicado en favor del aborto y ella es provida. Aunque comparte con la organización otras ideas y propuestas, en este momento se siente mal por integrar un partido abortista.
Para Felipe, la fidelidad es el pilar en la relación amorosa que tiene con Sofía. Sin embargo, tuvo una aventura sexual con una compañera del trabajo. Su manera de proceder lo hace sentir culpable, porque no le fue fiel a su novia Sofía y, sobre todo, por no ser fiel a sus propios principios.
Ana es una apasionada defensora de la igualdad de género. Como regla de convivencia, siempre ha defendido que tanto hombres como mujeres realicen de manera equitativa los deberes del hogar.
No obstante, en su casa es ella quien realiza la mayoría de los quehaceres domésticos, ya que su novio, a quien ama mucho, se niega a asumir su parte de responsabilidad. Esta situación la tiene frustrada y molesta.
Aurora es una fiel devota del cristianismo y de la ciencia. En sus clases de biología, aprendió sobre la teoría de la evolución y el apoyo que esta recibe por parte de los científicos. En este momento, sus conocimientos religiosos sobre la creación de Dios y la evolución de las especies empiezan a generar conflicto interno en ella.
Andrés es un político defensor del capitalismo, del libre mercado y la competencia. No obstante, ha notado la desigualdad que este sistema económico genera en las sociedades. La disputa entre su apoyo al capitalismo y la notable falta de igualdad lo ha sumido en una fuerte disonancia cognitiva.
Una de las principales razones de ir en contra de lo que creemos es por el cumplimiento forzado, donde la presión social nos incita a hacer algo que realmente no deseamos. En este contexto, las expectativas externas juegan un papel central para crear la contradicción dentro de nosotros.
Actuamos en contradicción, también, porque tenemos que elegir. En ocasiones, escoger entre una o más posibilidades causa malestar debido a las ventajas que se pierden al descartar una opción y las desventajas que se ganan al quedarse con una.
De igual modo, tenemos conductas opuestas a nuestras creencias por falta de autoconocimiento. Es posible que desconocer nuestros principios y valores centrales nos lleve operar de forma contradictoria sin saberlo.
Asimismo, actuar a favor de la inconsistencia traería algunos beneficios (placeres) que superan los sentimientos desagradables de la disonancia cognitiva. Si las ventajas superan las desventajas, es más probable que actuemos de forma contradictoria.
Para minimizar esta tensión la estrategia es cambiar la conducta incongruente. Al modificar el comportamiento, este se reemplaza por otro que sea coherente con las creencias, de modo que así se restablece la consonancia cognitiva.
Otra alternativa es desarrollar nuevas formas de pensar o sentir respecto a la acción. Construir creencias alternativas que estén en sintonía con lo que se hace, facilita la consonancia y reduce el malestar de la inconsistencia.
De igual modo, es factible optar por solo restarle importancia al conocimiento. Si la cognición no vale tanto, no habrá discordancia al comportarse de manera opuesta a eso irrelevante que se cree.
Integrar nuevos datos o información al sistema cognitivo se suma como técnica útil. Un nuevo conocimiento que subestime al anterior y que esté en sintonía con la conducta disonante nos proporciona un poco de congruencia.
Por último, también se puede apelar al cambio de contexto o situacional. Para atenuar la desarmonía cognitiva, evitamos las circunstancias que nos la generan, de ese modo no tenemos que cambiar de conducta ni de ideas. Es la típica evitación como mecanismo de defensa.
Los ejemplos de la disonancia cognitiva que vimos ilustran la esencia de este fenómeno psicológico: la contradicción del ser humano. En algunos casos, la incongruencia se produce entre las creencias y los comportamientos; en otros, se da entre las mismas cogniciones.
Sin importar el centro del conflicto, siempre intentamos resolver la inconsistencia, ya sea mediante un cambio conductual, cognitivo o contextual. Para terminar, te dejamos estas preguntas reflexivas: ¿en qué situaciones has experimentado esta disonancia? ¿Qué estrategias has usado para superarla? (lamenteesmaravillosa - Escrito y verificado por el psicólogo José Padilla)
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